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Si hay algo que se ha perdido marcadamente en estos tiempos es el valor y respeto por la vida humana. Hay un aumento alarmante de suicidios, crímenes, violencia doméstica, maltrato a niños y de trata humana. La pérdida de integridad, valores y distorsión de la identidad humana es noticia de todos los días. Todo tiene un factor común: Estado de Muerte Espiritual. “Antes, ustedes estaban muertos en sus pecados; aún no se habían despojado de su naturaleza pecaminosa. Pero ahora, Dios les ha dado vida juntamente con él, y les ha perdonado todos sus pecados.”
Colosenses 2:13 “A ustedes, él les dio vida cuando aún estaban muertos en sus delitos y pecados, los cuales en otro tiempo practicaron, pues vivían de acuerdo a la corriente de este mundo y en conformidad con el príncipe del poder del aire, que es el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia.” Efesios 2:1-2
Lamentablemente muchos se refugian en hábitos escapistas y prácticas religiosas para “cumplir” con Dios, la sociedad y calmar sus conciencias, pero nunca experimentan una verdadera transformación. “Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro. Romanos 6:23 La respuesta y solución a la imposibilidad humana de escapar de la condenación eterna, fue establecida por Dios. Este plan salvífico se materializa espiritualmente cuando tenemos un encuentro personal y genuino con Jesús. “Jesús le dijo: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Juan 11:25 “Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven.” Lucas 20:38 “Así también ustedes, considérense muertos al pecado pero vivos para Dios en Cristo Jesús, nuestro Señor.” Romanos 6:1 Aun cuando disfrutamos del regalo inmerecido de la salvación, todos los días necesitamos de la obra vivificadora del Espíritu Santo para superar las adversidades y garantizar un continuo crecimiento de una vida que agrade a Dios. “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús vive en ustedes, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu que vive en ustedes. Así que, hermanos, tenemos una deuda pendiente, pero no es la de vivir en conformidad con la carne.” Romanos 8:11-12 “Cuando ando en medio de la angustia, tú me vivificas; contra la ira de mis enemigos extiendes tu mano y me salva tu diestra.” Salmo 138:7 “Pero con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” Gálatas 2:20
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