¡Crezcamos en agradecimiento!


No sé si en algún momento has hecho un ejercicio donde te dan un papel completamente en blanco con un punto en el medio. El objetivo de esta dinámica es ver en qué nos enfocamos. Podría decir sin temor a equivocarme que el 99% de las personas nos enfocamos en el punto negro y hasta podemos echar a la basura el papel porque tiene un punto negro. ¡Qué lástima da el que tengamos esta tendencia a resaltar lo malo! Nos cuesta comunicarnos con alguien para elogiarlo pero qué fácil es criticarlo. Así también nos pasa con Dios. Tomemos un momento ahora y contemos nuestras quejas versus nuestras alabanzas y agradecimientos. ¿Qué resaltamos al finalizar un año? ¿Las cosas buenas que pasaron o las malas? Por eso hago continuamente esta oración:

Salmo 103:2 “Alaba, alma mía, al SEÑOR, y no olvides ninguna de las cosas buenas que él te da.”

Definitivamente, necesitamos crecer en agradecimiento y reconocimiento a Dios y a los que nos hacen bien. El otro día viendo la película “Miracles in Heaven” me di cuenta de que nunca le había dado gracias a Dios por el funcionamiento adecuado de mis intestinos. Anna Beam (la protagonista de esta historia verídica) por no tener ese funcionamiento adecuado padecía un dolor insoportable y solo podía ser alimentada nasogástricamente por padecer ésta enfermedad incurable y mortal. ¿Pero, cuándo damos gracias por nuestros órganos, músculos y huesos? Si diéramos gracias por cada hueso tendríamos que dar más de 200 agradecimientos, y por los músculos tendríamos que dar más de 625 agradecimientos (y ahí no estamos contando los músculos lisos o involuntarios como lo es el corazón y otros órganos vitales). ¿Qué tal si este nuevo año hacemos un ejercicio para crecer en esta área de Dignidad? Toma un frasco o una caja y decórala junto a tu familia y ponle un nombre que prefieras relacionado al agradecimiento (ej. Te doy gracias por… 1 Tes. 5:18 ó Sólo agradecimiento… Efesios 5:4) Pon al lado papeles pequeños de colores y un lápiz. Al final de cada día (o semanalmente) cada miembro de la familia llena su papel de agradecimiento y lo echa en el frasco. Si se trata de dar gracias por un regalo que se recibió, también se debe hacer una expresión de agradecimiento a la persona que te dio el regalo o el favor. Al hacer esto, vamos a ver cómo el agradecimiento va a reemplazar la queja; toda óptica pesimista va a ser cambiada por la óptica de Dios; en lugar de ver problemas veremos oportunidades; en lugar de verte como una víctima verás cuan bienaventurado eres… Determinen un día cuando el frasco esté bastante lleno para tener un tiempo de agradecimiento a Dios y no olvidemos todas sus bondades y misericordias. Guarden todos los papeles y vuelvan a comenzar. Cada vez el frasco se llenará más rápido y al final del 2017 habremos experimentado un gran crecimiento en esta área y disfrutaremos la bienaventuranza. “Habrá alegría y canciones de acción de gracias, y multiplicaré a mi pueblo, no lo reduciré; lo honraré, no lo despreciaré.” Jeremías 30:19 NTV

¡Felíz Año Nuevo!

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