Veo, veo…


“Veo, veo…” – ¿Que ves? – Una cosita,  con la letrecita…

Este popular juego nos puede dar una gran enseñanza. A la vez que se dice la letra, todos los participantes miran a un lugar distinto y todos empiezan a ver algo diferente. Dice Mateo 6:22-23 “»Los ojos son la lámpara del cuerpo; así que, si tus ojos son buenos, todo tu cuerpo tendrá luz; pero si tus ojos son malos, todo tu cuerpo estará en oscuridad”. La enseñanza es… Lo que enfocamos tendrá la capacidad de traer luz o traer oscuridad a todo nuestro ser. Hace unos meses, cuando ya sabía con certeza que mi hijo estaría mudándose a EU para iniciar sus estudios de maestría, empecé a enfocarme en el momento de su partida. Al enfocarme en la pérdida no podía sentir otra cosa que una terrible tristeza.

Llegó el momento temido pero al meterme a la presencia de Dios, Dios me hizo ver las cosas como El las ve. En lugar de enfocarme en pérdida me enfoqué en ganancia, vi promoción ya que otros jóvenes inspirados por Jeriel subían a un nuevo nivel de desarrollo. Me enfoqué en el gozo de ver cumplimiento de propósitos y les digo que la tristeza se tornó en una gran alegría. ¿Por qué? Porque ante la pregunta “¿Qué ves?”, en lugar de ver lo que mi engañoso corazón se empeñaba en ver, vi lo que Dios ve. Así puedo ver como una muerte de un sierv@ de Dios, se puede enfocar como una pérdida irreparable causando devastación o como una temporera separación en la cual vemos ganancia y agradecimiento aún en medio del dolor por haber disfrutado la vida de esa persona que partió con el Señor. Podemos enfocar un fracaso viéndonos como víctimas o viéndonos como esos recipientes de un aprendizaje que nos capacita para entrar a un nivel mayor. “Esto lo hacemos al fijar la mirada en Jesús, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe. Debido al gozo que le esperaba, Jesús soportó la cruz, sin importarle la vergüenza que esta representaba. Ahora está sentado en el lugar de honor, junto al trono de Dios. “Hebreos 12:2 Jesús, en medio del proceso de la cruz, no se enfocó en los latigazos y en el dolor sino en tí y en mí y en su amor. Te pregunto: “¿Qué ves en medio de la situación que atraviesas?” Oro para que veamos lo que Dios ve.

share

Recommended Posts

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *